El año 1999 es considerado por los principales protagonistas de la Alta Gastronomía de España como el punto de inflexión que marcó el ascenso de nuestra cocina a la cumbre internacional. El año en el que el joven malagueño Paco García, después de haber cursado estudios en la Escuela de Hostelería de La Cónsula, en la rama de Sala, arrancó la aventura del restaurante El Lago, situado en la Casa Club del campo de golf de Greenlife. En una exclusiva urbanización recién inaugurada del mismo nombre situada en Elviria Hills, en la zona más hermosa y privilegiada de Marbella.
El Lago, desde ese 25 de julio de 1999, ha realizado una brillante y constante trayectoria, volviendo a conseguir una estrella Michelin para Marbella en 2005. Un recorrido al margen de las modas y marcado por su propia revolución personal: defender, difundir y llevar hasta la cumbre de la Alta Gastronomía a los productos malagueños y del resto de Andalucía. Ahora prepara la celebración de esos 20 veranos volviendo a unir a los productores locales que le han acompañado. Una cita que tiene como objetivo adelantar los retos del futuro.
El Lago también seguirá mejorando sus instalaciones con motivo del veinte Aniversario, con la remodelación en los próximos meses de su zona de terraza exterior. Una de las mejores terrazas al aíre libre de un restaurante con estrella Michelin de todo el mundo.
El Lago en sus inicios hace casi veinte veranos apuntó hacia la cocina más creativa que dominaba el espectro nacional. Pero muy pronto se apartó de esa línea para buscar su propio camino, el de una cocina creativa más tranquila y, sobre todo, del compromiso con su tierra, con los agricultores, los pescadores, los ganaderos y resto de productores malagueños. El objetivo era evidente: dar sabor gastronómico al paisaje andaluz y a los diferentes territorios malagueños. Zonas geográficas que aportan absolutamente todo lo necesario para desarrollar una Alta Gastronomía personal capaz de ser referente internacional.
La relación de productos autóctonos a la que el restaurante El Lago ha dado reconocimiento e incorporado tanta a su Carta, como a la cocina de los principales restaurantes gastronómicos de Málaga y algunos del resto de España es extensa. Comenzó con la pasión y el compromiso de Paco García por las aceitunas aloreñas, la únicas de mesa con Denominación de Origen propia en España. Han estado siempre presentes en El Lago y un plato con tres tipos de aloreñas en diferentes niveles de curación recibe cada noche a los clientes.
El chivo lechal malagueño es otro de esos productos emblemáticos. Era desconocido en la provincia y Paco García lo descubrió en el mercado gourmet de la Boquería de Barcelona. Cuando volvió a Málaga no paró hasta descubrir todo alrededor de esta exquisita carne y difundió su conocimiento y utilización entre todos los compañeros de profesión. Actualmente el chivo lechal malagueño es uno de los símbolos gastronómicos de Málaga, al que recientemente también se ha unido el chivo lechal payoyo.
Sentando las bases de los próximos 20 años del restaurante El Lago
Se fueron incorporando los pescados autóctonos, con representantes tan exquisitos como los salmonetes de Marbella o el pulpo de Estepona; las almendras marconas; los cítricos del Guadalhorce; los tropicales, con el mango y aguacate; resto de productos hortofrutícolas, con los tomates Huevo de Toro como grandes embajadores de la biodiversidad; los quesos artesanos de toda Andalucía… Los vinos malagueños de nuevo cuño fueron defendidos con pasión desde el principio, desde las nuevas elaboraciones a partir de la uva moscatel de la Axarquía al boom de bodegas de Ronda.
También los Aceites de Oliva Virgen Extra malagueños siempre presentes en su mesa o los panes artesanos, primero con su firme apoyo a productores como El Colmenero de Alhaurín y después elaborando sus propias propuestas con harinas sin refinar. Una historia larga, intensa y muy fructífera para la alta gastronomía que ahora se revisa para adelantar el futuro según finaliza Paco García: “porque cada paso que damos es un avance para sentar las bases de los próximos veinte años del restaurante El Lago”.