El virus del papiloma humano (VPH) es el causante de casi el 100% de los tumores de cuello de útero, a pesar de ser “altamente prevenible mediante la vacunación, tan importante tanto en mujeres como en hombres, que además pueden ser grandes contagiadores. La vacuna frente al VPH está incluida en el calendario vacunal de niñas de 9 a 14 años, pero no en el de los niños, como aconseja la Asociación Española de Pediatría”, según ha explicado el jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Málaga, Andrés Carlos López Díaz, en la jornada virtual ‘Más Allá del VPH’ con motivo del Día Internacional de la Concienciación del Virus del Papiloma Humano. El objetivo de la webinar, al igual que de la conmemoración, es alertar y concienciar sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz de esta patología, mediante el uso correcto de preservativo durante las relaciones sexuales, la vacunación y los controles ginecológicos regulares, especialmente en este año de pandemia en el que muchas revisiones y cribados han sido pospuestos, retrasando su detección y tratamiento.
La charla celebrada la tarde del 4 de marzo, todavía activa en el enlace https://youtu.be/IYhSgTd1FaY, congregó en directo a más de 500 personas a través del canal de YouTube de Quirónsalud, donde el equipo de expertos de Quirónsalud Málaga ha tratado los tipos de VPH existentes, sus formas de transmisión, los problemas que provoca, los métodos para prevenirlo y la forma de tratarlo. Además del doctor López Díaz, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología, han intervenido el doctor Rodrigo Orozco, moderador del encuentro y coordinador del equipo; la doctora Jessica Martín Orlando, coordinadora de la Unidad de Tracto Genital Inferior, la doctora Carmen González Granados.
VPH, la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo
El VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial. “Se estima que el 80% de las mujeres sexualmente activas contactan con al menos un tipo de VPH en algún momento de su vida, un porcentaje que aumenta en el caso de los hombres”, explica el doctor Rodrigo Orozco. Se transmite mediante el contacto de la piel y las mucosas, “siendo la principal vía de contagio la vía sexual, tanto con penetración como sin ella”, especifica.
La mayor probabilidad de contagio se da en los primeros años de vida sexual, por lo que entre el 20-30% de las mujeres jóvenes (menores de 30 años) son portadoras de VPH de alto riesgo; porcentaje que baja hasta el 10% pasados los 50 años.
¿Cuál es el riesgo de padecer alguna enfermedad grave como el cáncer?
La mayoría de las mujeres tienen una infección transitoria que no supone riesgo alguno. Según la doctora Jessica Martín, “tras el contagio del VPH, este puede permanecer inactivo durante un tiempo prolongado, por lo que la detección del virus puede evidenciarse años después de la transmisión. De hecho, más del 80% tiene el virus silente durante meses o años hasta que las defensas del organismo consiguen eliminarlo”.
Aunque son datos tranquilizadores, cabe destacar que en un pequeño porcentaje de casos (entre el 10-15%), la infección por el VPH persiste sin que las defensas consigan eliminarla. “Esta persistencia es el factor de riesgo para el desarrollo de lesiones premalignas que con el tiempo pueden evolucionar a un cáncer”, ha destacado la doctora.
Además, tal y como ha explicado la doctora Carmen González durante el encuentro, “existen diversos factores que contribuyen a que la infección sea persistente, como el tipo de VPH, el tabaco, las alteraciones de las defensas del organismo, el número de embarazos o la toma prolongada de anticonceptivos hormonales”.
Cuando las lesiones persisten y se convierten en premalignas, que preceden a la aparición del cáncer, se denominan SIL (lesión escamosa intraepitelial). “Según el grado de alteración se clasifican en LSIL (lesión de bajo grado) o HSIL (lesión de alto grado). En la mayoría de los casos las lesiones LSIL se resuelven de forma espontánea sin necesidad de realizar ningún tratamiento. Esto no suele ocurrir con las lesiones HSIL que suelen persistir y tener riesgo de transformación maligna”, ha contado la doctora.
¿Cómo se detecta y diagnostica?
La forma de detectarla se basa en el análisis de una muestra de secreción del cuello uterino, que permite tanto detectar la presencia del virus (prueba de VPH) como alteraciones celulares indicativas de que exista infección (citología cervical).
“Recientemente se ha incorporado la prueba del VPH que tiene mayor capacidad de detección y que permite alargar con seguridad el intervalo entre pruebas hasta 5 años. Esta prueba debe realizarse a partir de los 30 años, ya que la infección por el VPH es muy frecuente en mujeres jóvenes y en ellas casi siempre es transitoria”, ha recalcado la doctora Martín Orlando.
Un resultado anormal de la citología y/o una prueba de VPH positiva para un virus de alto riesgo significa que se puede ser portadora de una lesión premaligna del cuello del útero.
“En esos casos, se realiza una colposcopia, que consiste en explorar el cuello del útero mediante una lente que permite examinarlo con mayor precisión. No causa molestias adicionales a las que puede ocasionar la citología. Se aplican una serie de líquidos y las lesiones premalignas se hacen visibles”, ha declaro la coordinadora de la Unidad de Tracto Genital Inferior. Para poder analizar estas lesiones y dar el diagnóstico definitivo, se requiere la toma de una pequeña biopsia que se hace en el mismo momento sin necesitar de anestesia ni provocar mayor incomodidad. “Según el resultado de la biopsia, se define en qué casos tratar o simplemente realizar controles periódicos”.
¿Cómo tratarlo?
No existe tratamiento médico específico para la infección del virus, ya que debe ser eliminada por el sistema inmune de cada mujer; sin embargo, en el caso de padecer lesiones premalignas, existen algunos procedimientos para su tratamiento.
“Se puede realizar la conización cervical, donde el área anormal es extirpada cortando un fragmento de tejido de cuello de útero en forma de cono con un bisturí eléctrico, eliminando todo rastro del tejido que estaba afectado; y la vaporización con láser o crioterapia, que trata de destruir el tejido afectado”, han especificado. Todos estos tratamientos son conservadores, ya que permiten que el cuello del útero se regenere sin impacto en la salud reproductiva.
¿Cómo prevenirlo?
La principal forma de evitarlo es vacunarse frente al VPH, ya que previene el 90% los casos de cáncer de cuello de útero. “Todas las vacunas comercializadas protegen frente a los tipos VPH 16 y 18, que causan el 90% de los cánceres de cuello de útero y una alta proporción de cánceres de vulva, vagina, ano y orofaringe. Actualmente, disponemos de una vacuna que incluye también otros tipos (6,11,31,33,45,52 y 58)”, ha subrayado el doctor Andrés Carlos López.
“La vacuna previene la infección, pero no elimina un virus existente. También es importante conocer que la vacuna es útil en las mujeres que ya hayan estado expuestas al virus, ya que, a diferencia de otras infecciones, el antecedente de infección previa por VPH no protege completamente frente a nuevos contactos”, continúa.
Igualmente, aunque uno esté vacunado, no hay que prescindir del uso del preservativo como método de barrera contra la infección. “Este protege en gran medida, sin embargo, la protección no es completa debido a que el área protegida es limitada y toda la piel de la región perianal es potencialmente infecciosa”, ha especificado.
¿Qué ocurre en el caso de los hombres?
La mayoría de los hombres que contraen el VPH nunca presentan síntomas y la infección por lo general desaparece completamente, aunque pueden ser altamente contagiadores en ese intervalo. “Normalmente, el virus desaparece por sí solo sin consecuencias, pero este virus puede causar en pocas ocasiones verrugas genitales o algunos tipos de cáncer, como el de pene, ano y orofaringe (garganta, lengua, amígdalas)”, declara el doctor Rodrigo Orozco.
Todos estos cánceres son causados por VPH que no desaparecieron. El cáncer se desarrolla muy lentamente y pueden pasar años entre la infección y el diagnóstico de la enfermedad y no hay manera de saber quién tendrá sólo una infección temporal o quien desarrollará cáncer; aunque hay hombres más propensos al desarrollo de uno, como los que tengan su sistema inmunitario más débil (por ejemplo, VIH positivos) o quienes mantienen relaciones sexuales anales receptivas. Por ello, “es tan importante prevenir la enfermedad con la vacuna y el uso de preservativos tanto en hombre como en mujer”, ha advertido el doctor Andrés Carlos López Díaz.