Calviño insta a “subir el español al tren de la revolución digital”

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**Enviada por José Antonio Sierra( Coodinador de Cultura ) en Cádiz.-

La vicepresidenta primera del Gobierno instó hoy en Cádiz a trabajar para “subir el español al tren de la revolución digital” y así proteger “uno de nuestros activos más preciados”. Nadia Calviño intervino en el IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), clausurando la sesión plenaria en la que el Instituto Cervantes presentó su trabajo y sus proyectos académicos y culturales más destacables.

Para la número dos del Gobierno, “el futuro de las lenguas es digital”. En estos momentos de grandes retos y extraordinarias oportunidades en relación con la lengua, dijo, debemos apostar por “lo digital, que ya es parte consustancial de nuestra vida pública y privada, debe ser el presente desde el punto de vista económico y social”.

Ver vídeo completo del acto.

Al objeto de convertir el español “en una de las lenguas líderes del mundo digital”, hay que adaptarse a las nuevas tecnologías “actuando ahora”, cuando aún son incipientes, y trabajando para que “hablen el español común”. Para ello, el llamado PERTE de la Nueva Economía dedicará cuantiosos fondos al campo de las lenguas, para fortalecer “el puente invisible” que une a la comunidad panhispánica.

Calviño respaldaba con su presencia el CILE, que reúne en Cádiz a unos 300 expertos que analizan la situación de una lengua “única en el mundo”, que usan o conocen unos 600 millones de personas. Entre las medidas en esa carrera de fondo, se encuentra el Observatorio Global de la Lengua Española, dotado con 20 millones de euros y que se ubica en La Rioja, dependiente del Instituto Cervantes.

Calviño cerraba con sus palabras la sesión “Diversidad y unidad de la lengua española. Actividades y proyectos del Instituto Cervantes”. Su director, que empezó leyendo su poema “Un idioma”, escrito muchos años atrás, dijo que no debemos “caer en la superstición de las novedades, porque la técnica debe estar al servicio de seres humanos, no al revés”. La inteligencia artificial, siendo importante, es “efimerísima” y deja pronto como anticuado lo que nos vendían como moderno.

Luis García Montero destacó, entre los hitos recientes del Cervantes, la apertura de los nuevos centros de Dakar (Senegal), para tomar posiciones de cara a la prevista explosión demográfica en África; Los Ángeles (Estados Unidos), capital de la tecnología, el cine y la música (California suma 12 millones de hispanos); y Seúl, fundamental para reforzar nuestra posición en Asia.

En esta sesión plenaria especial se resumieron las principales iniciativas del Cervantes en sus dos pilares fundamentales de su actividad: lengua y cultura.

Carmen Pastor, directora académica del Instituto (y secretaria general de los Congresos Internacionales de la Lengua) expuso el trabajo para difundir esta lengua “polinormativa”, unida y diversa, “policéntrica”, que estudian casi 120.000 personas cada año. Para ello, el Cervantes lleva a cabo una política lingüística panhispánica acreditando su conocimiento a través de los diplomas de español DELE y SIELE, formando profesores, apoyando a los hispanistas, estudiando su presencia en los anuarios El español en el mundo o creando nuevas herramientas digitales como Geolexi.

Por su parte, la directora de Cultura, Raquel Caleya, dijo que hay que trabajar con la inteligencia artificial. Gracias a ella el Cervantes ha creado el “Mapa mundial de la traducción contado en datos”, que recoge y analiza la historia de la traducción desde 1950 hasta hoy, con todo tipo de datos sobre la publicación de libros y su trasvase a otras 10 lenguas. Estamos “en la era del dato, más que de las palabras”, y por eso propuso “digitalizar las humanidades y humanizar los datos”.

Caleya recordó que en el ámbito de la cultura se incluyen la ciencia y la innovación, dos campos emergentes que tienen creciente protagonismo en las más de 7.000 actividades culturales que programa cada año el Instituto. También es importante la estrecha colaboración con los demás países hispanohablantes, la creciente presencia en África subsahariana, “un área con mucho futuro”, y hacer accesible la cultura a toda la sociedad, sobre todo la digital.

No ser “un conjunto de soledades”

Previamente, el director del Instituto Cervantes dictó la ponencia general de la sesión plenaria titulada “Lenguas y educación intercultural”, presidida por Horacio Biord, presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, a la que siguió una mesa de diálogo con Ana Luisa Ríos (moderadora), Daniel Cassany, Andrés Chirinos y Kim Potowsky.

Video completo de “Lenguas y educación intercultural”.

García Montero defendió el concepto de interculturalidad antes que el de internacionalidad, y dijo que “las fronteras entre naciones son menos interesantes que el dialogo que propone la palabra interculturalidad.

En su opinión, es importante “defender a los estados si queremos traspasar las fronteras de las antiguas naciones”, e insistió en su apoyo a los poderes públicos y a los estados que no sucumben bajo el poder de las grandes compañías. “No a las naciones cerradas, sí a las instituciones y los estados de derecho”.

A partir de esa diversidad de convivencias, dijo, hay que centrar la reflexión en la educación, las lenguas y la interculturalidad. El objetivo es que “el nosotros sea un conjunto de diversidades que aprendan a convivir, y no un conjunto de sectas enfrentadas”.

Citando a Baudelaire y a Eugenio Trías, García Montero propuso que nos planteemos “el sentido de pertenencia para que la globalización permita la convivencia y no seamos un conjunto de soledades”.

Apoyó las políticas de la Unión Europea en defensa del plurilingüismo, el pluriculturalismo y la convivencia de distintas culturas nacionales y regionales. También abogó por el conocimiento de otras lenguas, porque “nos ampara para frenar choques culturales, las miradas supremacistas o el desprecio caricaturesco del otro”.

En una época como la actual, en la que “cualquier tipo de estabilidad es impensable”, las transformaciones tecnológicas están cada día más presentes “para bien o para mal”. Un efecto positivo es que, gracias al teléfono inteligente, los migrantes mantienen el contacto con sus familias y lugares de origen, lo que frena su desarraigo.

En plena sociedad de la globalización, propugnó reforzar la conciencia crítica sobre la variedad del mundo, la necesidad de la interculturalidad y la defensa de la dignidad humana, sea de donde sea el origen de la persona.

Para García Montero, todos hemos de defender la riqueza de la pluriculturalidad, para que actúa “como fuerza de interposición que defiende a las personas frente a las empresas que piensan en sus propios beneficios”.

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